Dalí es conocido por sus impactantes y oníricas imágenes surrealistas. Sus habilidades pictóricas se suelen atribuir a la influencia y admiración por el arte renacentista. También fue un experto dibujante,[1] [2] Una de sus obras más célebres es "La persistencia de la memoria" , ejecutada en 1931. Los recursos plásticos dalinianos también incluyeron el cine, la escultura y la fotografía, lo cual le condujo a numerosas colaboraciones con otros artistas audiovisuales.
Como artista extremadamente imaginativo, manifestó una notable tendencia al narcisismo y la megalomanía, cuyo objeto era atraer la atención pública. Esta conducta irritaba a quienes apreciaban su arte y justificaba a sus críticos, que rechazaban sus conductas excéntricas como un reclamo publicitario ocasionalmente más llamativo que su producción artística. Dalí atribuía su "amor por todo lo que es dorado y resulta excesivo, mi pasión por el lujo y mi amor por la moda oriental" a un autoproclamado "linaje arábigo", que remontaba sus raíces a los tiempos de la dominación árabe de la península ibérica.
...que no conozca el significado de mi arte, no significa que no lo tenga..."La única diferencia entre un loco y yo, es que el loco cree que está sano. Yo sé que estoy loco"
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